Presentamos el caso de una paciente con evisceración vaginal sin antecedentes de cirugía vaginal.
La paciente fue intervenida en nuestro centro, realizándose una laparotomía con reposición de asas intestinales, corrección del defecto e histerectomía vaginal.
En mujeres posmenopáusicas, la evisceración transvaginal se asocia a un aumento de la presión abdominal, la ulceración vaginal y los esfuerzos al defecar. En un 73% de los casos, existe algún tipo de cirugía vaginal previa.
La clínica habitual es dolor, sangrado o sensación de masa en el introito. El íleo terminal es la víscera más frecuentemente implicada y el fórnix posterior de la vagina, el lugar más frecuente de herniación.
La prevención está orientada a evitar intervenciones repetidas, alteraciones del suelo pélvico, hipoestrogenismo y aumento de la presión intraabdominal.
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