Costa Rica no sigue durante la primera década del siglo XXI la tendencia observada para la mayoría de los países de la región, que experimentan una reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso familiar per cápita. Durante la primera mitad de esa década sí se produce una reducción en la desigualdad pero se revierte en el quinquenio siguiente.
Para estudiar esos cambios se utiliza una desagregación de la desigualdad, medida por el coeficiente de Gini, por fuentes de ingreso, usando 12 fuentes distintas. Los resultados señalan que la reducción de la desigualdad en la primera mitad de la década, se da en un contexto de crecimiento económico pero estancamiento de los ingresos reales, que se concentra en los estratos de mayores ingresos. Esto implica que la reducción de la desigualdad se concentró en la reducción de los ingresos reales de las fuentes con mayor poder concentrador (elasticidades Gini ingreso mayor a la unidad y cambios marginales positivos), como lo son los ingresos laborales de los más calificados, las rentas del capital y las pensiones contributivas. En la segunda mitad de la década, el repunte de la desigualdad se produce por un aumento significativo de los ingresos reales de todas las fuentes, pero principalmente de las que tienen un impacto concentrador que no puede ser neutralizado por la expansión de las fuentes que reducen la desigualdad (ingresos laborales de los trabajadores no calificados y las transferencias estatales). Los resultados sugieren la necesidad de aplicar una política de salarios mínimos más activa, reforzar los programas de apoyo productivo para el sector informal, ampliar la oferta de trabajadores más calificados a través de la política educativa y ampliar las transferencias monetarias hacia los más pobres, lo que requiere de una reforma tributaria.
During the first decade of XXI century, Costa Rica does not follow the trend of most of the countries in the region in terms of the reduction of per capita household income inequality. In the first half of this decade, there was a reduction of inequality in a context of economic growth, but with stagnation of real income; which is concentrated in the upper income strata. In the second half of the decade, the rise of inequality is caused by a significant increase in real income from all sources, but mainly for those with a concentrated effect that cannot be offset by the expansion of the sources that reduce inequality (income of unskilled workers and state transfers). The results suggest the need for a more active minimum wage policy, strengthen productive support programs for the informal sector, expanding the supply of skilled workers through an education policy and increase cash transfers to the poorest, which requires a tax reform.
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