La infiltración de corticoides, a nivel cutáneo, están indicadas para el tratamiento de lesiones cutáneas circunscritas, ya que con esta técnica, se puede aplicar una dosis precisa en la lesión, evitando los posibles efectos adversos a nivel sistémico.
En dermatología, las infiltraciones de corticoides están indicadas en casos especiales como queloides, cicatrices hipertróficas;
alopecia areata, distrofia ungueal psoriásica, hemangiomas, condrodermitis nodular del helix y queilitis granulomatosa.
Aunque la incidencia de efectos adversos postinfiltración de corticoides sea baja, se ha de tener en cuenta alternativas terapéuticas como crioterapia, vendaje compresivo, bleomicina, mallas de silicona etc..., sobre todo en pacientes inmunodeprimidos y diabéticos mal controlados. Aunque, la evidencia científica de estos tratamientos sea limitada y no alcancen resultados tan satisfactorios como la infiltración de corticoides en alopecia areata y cicatrices hipertróficas, podrían evitar los efectos adversos de la infiltración, como en el caso que se presenta en este artículo, la formación de un absceso en la zona de infiltración.
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