La vacuna de la varicela determina una alta inmunogenicidad y eficacia duradera, sin importantes efectos adversos. La transmisión del virus vacunal tiene una capacidad muy limitada. No debe emplearse en personas inmunocomprometidas, a excepción de niños con leucemia linfoblástica aguda. Se contraindica en el embarazo, lactancia y en sujetos con antecedentes de reacción anafiláctica a la neomicina. Los cuadros nosocomiales por el VZV pueden ocasionar una seria morbimortalidad. Una óptima estrategia de prevención debe incluir: 1) la inmunización de los trabajadores sanitarios y estudiantes susceptibles (historia de varicela negativa y serología negativa), 2) establecer pautas de aislamiento y 3) retirada del puesto de trabajo de los susceptibles expuestos y con infección aguda por VZV.
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