La historia del cine está repleta de provocaciones. Los puñetazos al espectador siempre han existido, pero ahora la incorrección política gana cada vez más terreno, tal vez como respuesta a unos años 90 demasiado condescendientes. Una sátira sobre el sexo, una comedia trágica sobre la infelicidad y tres gamberradas de puro entretenimiento dan la bienvenida al año. Disfrútelas, si es que puede soportarlas.
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