Cumplo con el triste deber de rendirle un homenaje póstumo a quien fuera nuestro vicepresidente, nuestro presidente electo para fines prácticos, cuya muerte prematura el pasado 13 de febrero enluteció a la Academia Nacional de Medicina, al Instituto Nacional de Cardiología "Ignacio Chávez", a la comunidad médica, a centenares de personas que se beneficiaron directa o indirectamente con sus servicios y, desde luego, a su muy apreciable familia. Le agradezco a la mesa directiva de la Academia tan honrosa distinción.
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