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Resumen de I. El óxido nítrico en medicina

F. Durazo-Quiroz

  • Considerado por los químicos y ambientalistas como una molécula tóxica hasta el año de 1980, el óxido nítrico (ON) es esencial para una amplia gama de actividades biológicas. Su primera acción terapéutica se remonta a finales del siglo XIX; a principios del siglo XX se advierte una producción endógena de nitratos y que los pacientes con fiebre y diarrea tienen una excesiva excreción de nitratos. A partir de 1980, Robert Furchgott postuló la existencia de un segundo mensajero, responsable de la vasodilatación arterial: el factor relajante derivado del endotelio (EDRF por sus siglas en inglés), que no pudo identificar. Los trabajos que permitieron identificar al EDRF como óxido nítrico fueron llevados a cabo en forma independiente por tres farmacólogos estadounidenses: Louis Ignarro, Robert Furchgott y Ferid Murad, quienes se hicieron acreedores al Premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1998. El óxido nítrico es sintetizado a partir de la oxidación de la L-arginina, por acción de las sintetasas de óxido nítrico. El óxido nítrico migra hacia la célula blanco y activa la guanilato ciclasa soluble, la cual es activada para la síntesis de guanosin monofosfato cíclico (GMPc), que actúa como un segundo mensajero intracelular. Su acción termina cuando la fosfodiesterasa inactiva al GMPc y cesa la acción relajante. El óxido nítrico se difunde a través de las membranas sin requerir de un receptor específico. Sus funciones, inicialmente identificadas en endotelios, neuronas y macrófagos, se han ampliado al demostrarse su participación en múltiples acciones fisiológicas y patológicas.


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