El vínculo vicioso entre deuda soberana y bancaria amenaza la integridad de la zona euro. Este artículo examina porqué la unión bancaria es un requisito indispensable para romperlo y concluye que el diseño actual de la unión bancaria es claramente insuficiente y un factor de serio riesgo para la zona euro en la fase transitoria, dado que su mercado fi nanciero continúa fragmentado y la crisis dista de estar resuelta.
El artículo analiza los componentes que deberían confi gurar una unión bancaria sólida, que se denomina de hormigón. Los planes actuales de la zona euro contemplan una unión que trata de limitar el uso de fondos públicos extendiendo el principio de bail in. Es una unión bancaria que corre el riesgo de ser insuficiente en situaciones de crisis sistémicas.
Esta unión bancaria, a pesar de ser limitada, es difícil de implementar a corto plazo dado el marco jurídico actual de la unión económica y monetaria. Esto significa que la unión que regirá en un período de transición, que puede ser largo, no incorpora en absoluto elementos clave como un fondo público paneuropeo (un backstop) que sirva como prestamista de última instancia de los soberanos. Dista, por tanto, de ser una unión bancaria de hormigón. Puede ser una construcción endeble, ya no de madera, sino de paja. Con el grave riesgo de que sea incapaz de resistir los embates de la crisis actual.
The vicious loop between sovereign and bank debt threatens the integrity of the euro zone. This article examines why the banking union is a prerequisite to break this loop and concludes that the current design is clearly insuffi cient to achieve this goal. In particular, the transitional phase poses serious risks for the euro zone as financial markets remain fragmented and the crisis is far from being resolved.
The article discusses the components of a solid banking union, what we call a banking union made of concrete. Current plans by the euro area envisage a union that seeks to limit the use of taxpayer funds by extending the principle of bail-in. It is a banking union that runs the risk of being insuffi cient to face a systemic crisis.
This banking union, albeit limited, is diffi cult to implement in the short term given the current legal framework of the economic and monetary union. As a result, the union designed for the transitional period, which can be lengthy, will lack key elements such as a pan-European backstop that operates as a lender of last resort for sovereigns. Therefore, it is far from being a banking union made of concrete. This can be a flimsy construction, not even made of wood but of straw. The risk is that it may be unable to withstand the challenges of the current crisis.
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