Javier Sánchez García, Livia de Rezende Borges, Ignacio Vera López
Introducción: Los pacientes institucionalizados con enfermedad mental grave y alteraciones motoras plantean frecuentes dudas diagnósticas. La catatonía periódica se manifiesta por alteraciones motoras y signos orgánicos por lo que debe incluirse en el diagnóstico diferencial ante un cuadro sugestivo de síndrome neuroléptico maligno.
Caso clínico: Varón de 45 años institucionalizado por trastorno del desarrollo intelectual. Durante 3 primaveras consecutivas presenta insomnio, alteraciones conductuales persistentes, seguidas de catatonías acinéticas y síndrome neurovegetativo: rigidez, estereotipias, sudoración, taquicardia, fiebrícula y pérdida ponderal. Se le diagnostica de síndrome neuroléptico maligno retirándose los antipsicóticos. Reingresa sin solución de continuidad con importantes alteraciones conductuales que ceden tras la reintroducción de los antipsicóticos. Emitido el diagnóstico de catatonía periódica se añade litio, sin recaídas hasta la fecha.
Discusión: los cuadros psiquiátricos primarios graves, habituales antes de la introducción de los antipsicóticos todavía se observan en instituciones con difícil acceso a los servicios de salud mental. Debe contemplarse su diagnóstico en sujetos en los que concurren trastornos del neurodesarrollo con cambios bruscos de su funcionamiento.
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