En términos de puesta en escena, el primer largometraje de Borja Cobeaga ha usado una planificación que podíamos definir como "televisiva", sin matices despectivos, es decir, plano- contraplano, conversaciones con cuadros muy cerrados, pocos planos medios narrativos. Las razones que esgrime borja es la eficacia cómica. En su experiencia de rodar sketches para televisión, y sobre todo en su montaje, el director vasco entiende que el plano-contraplano es la manera perfecta de modular el ritmo en comedia. Por otra parte, es muy llamativa la presencia en el metraje de una serie de documentales de animales y piezas paródicas, resúmenes de aquello que por trama no podía ser tratado en profundidad. Con el director donostiarra charlamos para conocer en profundidad cómo ha sido su primera experiencia como largometrajista
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