Aquellos niños que se dormían en el coche ojeando un cómic o jugando con la Barbie hoy se sientan en el asiento enfurruñados, con música en las orejas y el móvil en la mano. La rebeldía propia de su edad desorienta a los padres, que intentan adaptarse a las nuevas necesidades de sus hijos. El verano pone en bandeja una oportunidad de trabajar la comunicación y el cariño entre todos
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados