La prevalencia de la diabetes mellitus (DM) clínica en la cirrosis hepática es del 30%, sin embargo en pacientes con glucemia en ayuno normal puede haber intolerancia a la glucosa y DM en el 90% de los casos después de una carga oral de glucosa. La DM tipo 2 puede producir una cirrosis, sin embargo, la cirrosis puede complicarse con una DM. A esta última forma de diabetes se la conoce como diabetes hepatógena. Se ha demostrado que la DM clínica o subclínica se asocia a un incremento de las complicaciones hepáticas y de la mortalidad. El tratamiento de la diabetes del cirrótico tiene muchas dificultades propias de la enfermedad hepática. Se desconoce cuál es el tratamiento más adecuado, ya que no existen guías de tratamiento. Además, no se sabe cómo impacta el manejo adecuado de este trastorno en la historia natural de la cirrosis hepática.
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