El establecimiento del impacto que sobre la salud de los humanos tienen compuestos con actividad hormonal presentes tanto en el ambiente como en los alimentos, requiere del análisis de la información existente, así como de la reevaluación de los modelos biológicos y de la metodología utilizada. El Comité de Expertos sobre aditivos alimentarios de la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Administración de Drogas y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos de Norteamérica consideraron en 1988 que los residuos presentes en la carne de animales tratados con hormonas sexuales no representan riesgo alguno para el consumo humano. Sin embargo, esta resolución parece ser incierta, dado lo inadecuado de los elementos científicos utilizados para el establecimiento de la misma. En esta revisión se consideran las principales objeciones a la evidencia utilizada con relación a la ausencia de elementos científicos que permitan establecer como inocua la ingesta de alimentos provenientes de animales tratados, tanto con hormonas como con promotores del crecimiento.
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