Este artículo analiza las relaciones entre monarquía y nacionalismo español en la primera década del reinado efectivo de Alfonso XIII. Y lo hace desde una perspectiva comparada, en el marco de las monarquías escénicas que se desplegaron en Europa entre 1870 y 1914. Para ello se centra en tres ámbitos: las grandes ceremonias monárquicas, en especial la jura de la Constitución; los viajes regios, que alcanzaron un desarrollo extraordinario; y los actos militares, entre los que destacaba la jura anual de banderas. A través de ellos, la corona se integró en un imaginario marcado por discursos y prácticas regeneracionistas, que consideraban al rey un motor imprescindible para la reconstitución de España tras el desastre colonial de 1898. Con menor pompa que otras coronas coetáneas, Alfonso XIII, calificado como el Regenerador, se convirtió en un símbolo nacional en el que diversos grupos sociales proyectaban sus expectativas. Sobre todo las élites locales, diversas asociaciones y un público heterogéneo que asistía a espectáculos de masas recogidos por los medios de comunicación. Estas representaciones contribuyeron a reforzar el papel político del rey, que, como la mayoría de los monarcas de su tiempo, disfrutaba de poderes constitucionales tan efectivos como polémicos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados