Resumen de Anomalías digestivas
J.I. Yanguas Hualde, Mª A. Pardo Callao, Javier Pérez Dettoma
Aproximadamente, 0, 9% de los neonatos son portadores de una anomalía digestiva. Los fetos con malformaciones intraabdominales y, más específicamente, con malformaciones gastrointestinales se benefician del diagnóstico prenatal que permite planificar el tratamiento para la resolución del problema o su mejoría al nacer o, incluso, intervención intrauterina ocasionalmente (1, 2). La incidencia de malformaciones asociadas es alta; con mucha frecuencia se trata de alteraciones cromosómicas, y el pronóstico peor para las malformaciones detectadas prenatalmente, precisamente por las asociaciones. Frecuentemente el ecografista duda acerca de la confirmación fisiológica o patológica de sus hallazgos y su relación con otras posibles malformaciones. Es necesario recordar que, aunque la presencia de líquido en algunas partes del aparato digestivo es relativamente temprana, el peristaltismo es posterior y, con frecuencia, hasta que este no está bien instaurado, a finales del segundo o principios del tercer trimestre, es fácil confundir un hallazgo fisiológico con una patología (3). Creemos que, ante el diagnóstico de una malformación, el asesoramiento a los padres debería hacerse tras una reunión conjunta del pediatra, cirujano infantil, ecografista obstétrico y genetista.
