En un número importante de pacientes mujeres parece existir una identificación primaria con una imago materna que sólo es vivida en términos extremos. La imago materna personifica una figura omnipotente, todopoderosa, sublime, que inspira reverencia, protectora y sagrada, mientras que al mismo tiempo personifica una figura vulnerable y patética, dominada por la indefensión, la tristeza, las enfermedades y las inhibiciones. La memoria inconsciente de la conexión y las luchas del sujeto con esta imago primaria de una madre/pecho, contribuyen a un trasfondo (mítico) contra el cual se desarrollarán las relaciones objetales del sujeto. Serán re-evocadas, re-visitadas y re-vividas posteriormente en la situación de transferencia. Teniendo en cuenta las ideas de Freud en el Proyecto, esto constituye un trauma que solamente se vuelve a recrear, desarrollar y comprender "après-coup" a través del trabajo del análisis.
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