La aparatosidad de los cuadros clínicos por dolores abdominales suele llevar a los padres a solicitar consultas médicas urgentes, realizar numerosas pruebas complementarias y, en los casos graves, a ingresos hospitalarios prolongados que no suelen demostrar eficacia terapeútica y suponen un riesgo añadido para la salud mental de estos niños. En la mayoría de los casos están implicados elementos psíquicos que son determinantes en el inicio y mantenimiento de los dolores, por lo que es imprescindible un abordaje mixto psicopediátrico que preserve en todo momento la continuidad terapeútica. Por todo ello se ha considerado conveniente revisar los aspectos psiquiátricos y psicológicos implicados en esta enfermedad.
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