Solo un ambiente de libertad, para el cual hay que educar al hombre, puede generar un orden espontáneo, que se concretará luego en un ordenamiento jurídico capaz de garantizar el desarrollo y prosperidad del individuo. El moderno proceso social debe conducir a un régimen de libertades, bajo la certeza de que él impondrá naturalmente condiciones favorables para el bienestar de todos. Para el autor de este ensayo, la libertad económica es condición necesaria de la libertad política y, dentro de los sistemas no liberales, obra como importante contrapeso de la concentración del poder político y, sin duda, produce resultados económicos más satisfactorios.
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