Las políticas económicas que se están aplicando soslayan o eliminan principios biológicos como la regulación, que es esencial para el entorno en el que se ha venido desarrollando el Homo sapiens. Estas políticas inciden de manera negativa sobre bienes comunes que han favorecido la evolución humana, como son la educación, la salud o la cultura. Además, la puesta en práctica de tales políticas económicas está degradando el medio ambiente de forma tal que compromete el futuro. El ecosistema del Planeta se encuentra en grave riesgo, lo mismo que el "ecosistema socio político". Por ello, también desde la óptica de la biología evolutiva se debe alertar sobre una posible crisis de civilización.
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