Al desvelar sus pactos secretos con el PNV y EA, ETA ha hecho algo más que apretar las tuercas a sus compañeros de viaje y dejar al Lehendakari Ibarretxe convertido en un títere ante los ojos de todos. La banda armada ha confirmado además que la tregua era en realidad una trampa para los gobiernos de España y Francia. Una vez hecho el daño, sus pupilos de EH pretenden volver como salvadores del nacionalismo, pero llegan con las mismas propuestas realizads por ETA en el pacto con el PNV
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