Como beduino y oriundo del desierto que es, el dictador libio Muamar el Gadafi considera los camellos parte de su vida y su cultura. Por ello, estampó la imagen de uno de ellos en la moneda libia e instaló su 'jaima' beduina dentro de su fortaleza militar. Como Calígula, que hizo que su caballo formara parte del Senado de Roma. La historia se repite una vez más entre sanguinarios dictadores.
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