Negociadores como Jesús Eguiguren se muestran seguros de que Batasuna, tarde o temprano, acabará por arrastrar a ETA hacia el final de la violencia, ya que la suerte está echada a favor de la política, a no ser que en la izquierda abertzale no haya gente con suficiente visión o autoridad para imponer sus ideas. Arnaldo Otegi obtuvo permiso para visitar a su padre enfermo y el sindicalista Rafael Díez Usabiaga quedó en libertad bajo fianza de 30.000 euros para cuidar a su madre enferma.
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