Pese a las masacres y sin protección real de la ONU, el pueblo de Timor Oriental votó en su totalidad el 30 de agosto por la independencia, dando así paso a una nueva nación. Desde la anexión por el régimen indonesio de esta excolonia portuguesa, 300.000 timoreses fueron asesinados si que ese genocidio llamara la atención de la "comunidad internacional". Los "paramilitares" sólo prometen una guerra civil.
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