El terror no ha cesado en Timor Oriental con el desembarco de las tropas australianas, el principal contingente de las fuerzas de la ONU. Pese a que la capital, Dili, está ocupada por los soldados extranjeros, las milicias paramilitares siguen presentes en varios barrios, al tiempo que el odio hacia Naciones Unidas se extiende entre la población musulmana y la juventud de Indonesia.
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