El 12 de agosto firmaron España y Estados Unidos el protocolo de la paz, que automaticamente entraba en vigor, suspendiéndose las hostilidades. Mas las comunicaciones eran muy difíciles entre España y sus atacadas colonias y Madrid no puedo comunicar de inmediato el fin de la guerra. Así, horas después del armisticio, aún se libró la batalla de Manila, una componenda en la que los militares españoles quisieron salvar su carrera y los norteamericanos, imponer el derecho de conquista. La jugada costó la vida a unos 400 soldados españoles.
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