Se presenta una revisión de la situación de las políticas de control del consumo del alcohol, tabaco y drogas ilegales en América Latina. A pesar de la magnitud de los problemas de salud que genera dicho consumo, los esfuerzos por controlarlo han sido limitados y han tenido un resultado modesto. Es vital la aplicación de políticas decididas por parte de los gobiernos, pero deberán superar ciertos mitos, en especial los que hacen referencia a la contribución a la economía de las industrias que producen y comercializan las drogas legales y abandonar ideologías, que suponen erróneamente que las enfermedades infecciosas son el único problema de salud de América Latina. A la sociedad civil, a través de las organizaciones no gubernamentales, le toca organizar la defensa de los derechos de los ciudadanos afectados directa o indirectamente por el problema, hacer oír su voz y contribuir a la implementación de intervenciones eficaces. Finalmente, la cooperación multilateral y bilateral no está exenta de responsabilidad. En el campo especialmente de las drogas legales, la contribución de la comunidad internacional ha sido insignificante hasta muy recientemente. A la comunidad internacional y sus organizaciones les toca movilizar los recursos necesarios y fomentar políticas apropiadas para controlar el consumo de las drogas legales e ilegales.
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