Al frente del rumbo creativo de una Young & Rubicam en vías de renovación, Nicolás Hollander viene de un largo periodo inmerso en proyectos de peso. Viajes muy comprometidos como fueron los emprendidos en MacCann Erikson y Publicis, en los que la creatividad jugaba, como ahora, un papel estratégico y en los que al menos sobre el papel, el objetivo era buscar la excelencia a través de una actitud de cambio que consolidase los talentos individuales y diera cohesión al trabajo de decenas de personas. Exactamente como ahora. Hollander destaca los recursos y la libertad que se le han dado para conformar un equipo a su medida. La marca pervive, los grandes clientes están ahí, y la agencia, en un punto de partida que pretende dejar atrás años de indefinición
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