Se propone una terapéutica ortóptica, tratando de combinar las ventajas del sinoptóforo y el cinematógrafo. Viene a ser como si en un sinoptóforo, los tests correspondientes a cada ojo pudiesen cambiar de actitud y dar la sensación de movimiento, conservando, sin embargo, las características de los tests clásicos. En un film van intercalados alternativamente los tests de uno y otro ojo. Al pasar el film por el proyector y ser recogidos los fotogramas en la pantalla, el niño los observa provisto de unas gafas con oclusores electromagnéticos, sincronizados con el paso de la película. De tal modo, cada ojo percibe en la pantalla el tests que le corresponde, mientras el otro ojo tiene el oclusor cerrado e inversamente. Disponiendo prismas de capacidad variable delante de cada ojo, el niño puede fusionar las imágenes correspondientes, que se suceden en la pantalla a velocidad cinemattográfica (gracias a la persistencia de las imágenes en la retina que es el fundamento del cinematógrafo). El quinepleoscopio que el autor ha descrito en trabajos anteriores, puede sustituir a las gafas y los prismas, proveyéndole de oclusores alternativos, eléctricamente conectados al proyector y sincronizados con el paso de la película. Varios niños con gafas de oclusión alternativa, o con quinepleoscopio, pueden de este modo realizar ejercicios ortópticos simultáneamente, en sesiones mucho más amenas, cómodas y por tanto de mayor duración que en el sinoptóforo. El costo de todo el material es corrientemente inferior al de un sinoptóforo ordinario. Palabra clave: Artículo
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