La evisceración del globo ocular seguida de la inclusión de un implante intraescleral, según Berens, es altamente recomendable por su simplicidad y eficacia. Cuando esta operación está contraindicada (tumor, oftalmía simpática, ptisis bulbi), debe practicarse la enucleación. Una vez está realizada, si se comprueba la invasión extraocular de un tubo, debe prescindirse de toda clase de implantes y proceder a una intervención más radical, seguida de radioterapia. En caso contrario, puede hacerse la implantación de una esclera de cadáver, albergando un ovoide de plástico. En algunas ocasiones (cuerpos extraños retrooculares, tumor no confirmado), puede aprovecharse para este tipo de intervención la misma esclerótica del ojo enucleado. Discusión: J. Mª Olazaguirre, Dr. Laiseca, Dr. H. Arruga. Réplica: Al Dr. Arruga Liró, Dr. Tena Ibarra, Dr. Sánchez Salorio, Dr. Olazaguirre, Dr. Laiseca Comunicación presentada al XXXVI Congreso de la Sociedad Oftalmólogica Hispano-Americana. San Sebastián, 1958. Palabra clave: Artículo
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