Mediante varias ilustraciones microfotográficas se muestra que en los ojos estudiados se formaron condensaciones membranoides del vítreo, una más anterior y otra más posterior, y que, entre las zonas de adherencia de las mismas y la retina, la túnica nerviosa quedó reemplazada por un tejido conectivo-vascular, rico en pigmento. En la aparición eventual de un desgarro, éste ocurre en la frontera entre dicha zona esclerosa retiniana y la parte posterior de la retina sana.
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