Se publica un caso de escleromalacia perforante bilateral con zonas esclerales gris-azuladas simétricas y perforaciones también simétricas, sin poliartritis reumática asociada, y un pannus corneal que, ocupando las tres cuartas partes de ambas córneas, dejaba solamente libres de vasos los cuadrantes ínferointernos. Se revisa la bibliografía de esta afección y se clasifican las formas clínicas para subsanar el posible confusionismo, determinando las características respectivas que hacen factible un diagnóstico diferencial. Se considera básico para diferenciar la escleromalacia perforante de la escleritis nodular necrosante el que en la primera no hay dolor y las lesiones son puramente necróticas o degenerativas, mientras que en la segunda hay fuertes dolores y las lesiones son inflamatorias. Al encuadrarla como enfermedad diseminada del colágeno, se propone la cortisona local en fase evolutiva, y en inyección intramuscular si hay poliartritis reumática. Al estabilizarse las lesiones, la escleroplastia y la histioterapia de Filatov. Comunicación presentada en el XXXII Congreso de la Sociedad Oftalmólogica Hispano-Americana. Madrid, octubre de 1954
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