Veintiocho casos de ceguera por oftalmía simpática

• Autores: Elisa Soriano Fischer
• Localización: Archivos de la Sociedad Oftalmológica Hispano-Americana, ISSN 0365-7051, Vol. 8, Nº. 5 (MAY), 1948, págs. 552-553
• Idioma: español
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• Resumen

  • Presentamos este trabajo con el fin de llamar la atención sobre una causa de ceguera que puede y debe ser evitada. Römer dice que todo ojo traumatizado de curso no aséptico debe hacer pensar en una inflamación simpática, y opina que el único modo de evitarla es enuclear «en fecha oportuna». Nosotros preguntamos cuál es esta oportunidad. En mis años de oculista de los ciegos, entre 2.917 casos (desde 1940, pues de la época anterior no me dejaron rastro), hay 28 casos de ceguera por procesos simpáticos. Son personas traumatizadas de un ojo, que, al cabo de un tiempo, presentan un cuadro semejante: dolor en el ojo traumatizado y, consecutivamente, pérdida bastante rápida de la visión del ojo bueno. Y ante estos casos palpables, evidentes, sacad las consecuencias que trae conservar un ojo inútil para la visión, estéticamente feo, que no permite en la mayoría de los casos una prótesis y que es un peligro para el ojo sano. Enuclear a tiempo, ese es el problema. Nuestra opinión es que hay que enuclear cuando ya tengamos la seguridad de que el ojo traumatizado es inútil para la visión, pero antes de darle alta, y no dejar al criterio del paciente cuándo es oportuno quitárselo, pues, en este caso, siempre, siempre, llegaremos tarde. De estos 28 casos, 12 fueron enucleados a los primeros síntomas, y, sin embargo, cegaron, y sólo cinco, a los que no hemos vuelto a ver, suponemos que consiguieron conservar la escasísima visión que entonces tenían (en todos ellos no pasaba de un décimo y en la mayoría no llegaba). De los 28, 12 presentaban el cuadro de una oftalmia simpática clásica y 16 lo que algunos llaman oftalmía simpática posterior, que, contra lo que afirman muchos autores, ni se beneficiaron con la enucleación ni se produjo la pérdida de visión con lentitud, sino, por el contrario, rápidamente. Vosotros, ante cada caso que se os presente, meditad si debéis enuclear prematuramente o si tenéis el derecho de dejar correr a aquella persona un peligro cierto de ceguera, que si hoy la situación económica de los ciegos es muy distinta a la de otros tiempos, el perder el más importante de los sentidos no puede nada ni nadie compensarlo. Cumplamos el deber de evitar, cuando podamos, la ceguera, ya que tantas veces, por desgracia, somos impotentes para evitarla. Septima Sesión Científica. Día 1 de Mayo, sábado, a las 10. Presidencia: Prof. Soria