Introducción. Ampliar la ventana terapéutica trombolítica del ictus isquémico hasta las 4,5 horas se ha demostrado útil y seguro, pero la celeridad en la respuesta sigue siendo determinante. Objetivo. Analizar los factores que demoran el tratamiento. Pacientes y métodos. Tras activar el dispositivo Código Ictus, se registraron los casos consecutivos de ictus atendidos en urgencias durante el año 2006, sus características clínicas, epidemiológicas, procedencia, modo de traslado y demoras del proceso. Resultados. Del total de pacientes con ictus isquémico, el 10,1% concluyó el estudio de urgencias con una mediana de 1 hora para decidir tratar en las 3 horas y el 13,1%, entre las 3 y 4,5 horas con una mediana de 2 horas y 6 minutos. Para el análisis de todas las variables se seleccionó a 498 pacientes; el 39% ingresó en las primeras 3 horas y el 11,2% entre las 3 y 4,5 horas del inicio de los síntomas. El uso del sistema telefónico de emergencias, el traslado en UCI móvil o ambulancia y el déficit en el nivel de conciencia, visual o, en menor grado, del lenguaje o habla incidieron en una demora menor. Conclusiones. Los factores dependientes del propio paciente, en general, no disminuyeron la demora. La gravedad clínica, la presencia de informadores y la activación del sistema de emergencias acortaron los tiempos en las actuaciones.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados