Los estudiantes de educación a menudo se han preguntado:
"¿Pero qué puedo hacer yo?" Esta noción de que la experiencia educativa tiene que ver sobre todo con transmitir destrezas y conocimientos a los estudiantes, y no sobre algún proceso de transformación, empoderamiento o compromiso con el mundo, es elfoco del presente artículo. El argumento central es que los educadores pueden hacer algo para facilitar, inculcar y cultivar el cambio, y que los actos individuales pueden conducir a cambios significativos. Se invita a los educadores y otros profesionales a reflexionar para ser capaces de iniciar un proceso de debate dialéctico, compromiso significativo y acción contextualizada hacia el cambio. Entender que la educación es un proyecto político, y que las relaciones de desigualdad de poder que emanan de, o se transmiten mediante la educación, pueden ser dañinas para muchos grupos e individuos, requiere reflexión, diálogo, introspección, compromiso y humildad. La educación necesita empaparse de oportunidades para un aprendizaje diferenciado, en yuxtaposición a las muchas reformas contemporáneas liberales, procurando problematizar la desigualdad, y haciendo que la educación/escolarización sea más relevante para todos los estudiantes y partes interesadas.
La pedagogía crítica es empleada como marco de referencia para entender el cambio en la educación.
Education-students have often asked: "But what can I do?". This sense that the educational experience is primarily about transmitting skills and knowledge to students, and not about some process of transformation, empowerment and engagement with the world, is the focus of this paper. The central argument is that educators can do something to facilitate, inculcate and cultivate change, and that individual acts can lead to some meaningful change.
The article invites educators and others to reflect on so as to be able to commence the process of dialectical debate, meaningful engagement, and contextualized action toward change.
Understanding that education is a political project, and that inequitable power relations emanating from, in and through education can be damaging for many groups and individuals, requires reflection, dialog, introspection, engagement and humility. The article postulates that education needs to be infused with opportunities for differentiated learning, in juxtaposition to many contemporary neoliberal reforms, that seeks to problematize inequitable power relations, thus rendering the notion of education/schooling more relevant for all students and interested parties. Critical pedagogy is used a framework to understand change in education.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados