La expulsión y reparto por Castilla de miles de moriscos granadinos comenzó en noviembre de 1570. La primera expedición, constituida por 624 personas, llegó a Toledo a finales de dicho mes, siendo entregadas, a partir de los diez años de edad, a ciudadanos para que trabajasen con ellos como una forma de impedir su desamparo. El objetivo principal de esta parte del artículo consiste en analizar el número de cada partida, su procedencia, las penalidades que soportaron en el trayecto y su destino final.
El estudio de sus preferencias laborales y su ubicación en las colaciones parroquiales toledanas es el aspecto principal que trata la otra parte de este trabajo. Para obtener conclusiones se utilizan unos poderes realizados por el escribano público Blas Hurtado en 1587. Allí aparecen identificados más de cuatrocientos hombres con sus nombres, apellidos, profesión y residencia. La información posibilita conocer cuáles eran sus actividades preferentes y en qué partes del plano ciudadano establecieron su residencia.
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