En este artículo quisiera poner de manifiesto algunas críticas al modelo puramente procedimental de la bioética que, de hecho, la lleva a encomendar a la biopolítica y al bioderecho una solución meramente pragmática de las problemáticas por las cuales ésta fue “instituida”, hace más de cuarenta años. Este cometido acontece después de que se ha producido el paso de la tesis, apreciada por la modernidad, por la que, en ética se deba razonar prescindiendo de cualquier discurso acerca de sus fundamentos o justificación última (Etsi Deus non daretur) a la afirmación contemporánea de un sustancial agnosticismo ético que, en nombre de la inconmensurabilidad de las morales, debería construir procedimientos como si fuera imposible una moral sustancial única (Etsi ethos non daretur) y hacerse garante del pluralismo ético. Estas son las tesis que se discutirán y se intentará demostrar por qué es necesario establecer una relación entre verdad y bien, y cómo esto es posible haciendo referencia solamente a la ontología. La conclusión remite a la necesidad de proponer una bioética explícitamente contenutística que dé respuestas a la presunta neutralidad axiológica de la bioética procedimental, que entre otras cosas resulta ser teoréticamente débil y prácticamente incapaz de proteger ese pluralismo ético del que debería ser garante. La conclusión es que, haciendo sólo referencia a la ontología, la bioética, que es con justa razón una forma de filosofía moral, puede garantizar un pluralismo al interior de la verdad, oponiéndose a las derivas autoritarias que se ocultan bajo la máscara liberal del agnosticismo ético.
EIn this paper I intend to put forward some criticism of the purely procedural model of bioethics, which, in fact, leads to delegating to biopolitics and biolaw the finding of a purely pragmatic solution to the issues for which bioethics was “invented” over forty years ago. This delegating takes place after the transition from the thesis, dear to modernity, whereby in ethics reasoning should avoid any discussion regarding its foundation or ultimate justification (Etsi Deus non daretur) to the contemporary affirmation of a substantial ethical agnosticism, which, in the name of the incommensurability of morals, should construct procedures as if no sole substantial moral were possible (Etsi ethos non daretur) and act as a guarantor of ethical pluralism. These theses will be discussed and an attempt will be made to demonstrate why it is necessary to establish a link between true and good, and how this is possible only by referring to ontology. The conclusion points to the need to propose bioethics explicitly in terms of content that satisfies the presumed axiological neutrality of procedural bioethics, which however, turns out to be theoretically weak and practically unable to protect the ethical pluralism for which it would like to be the guarantor. The conclusion is that only by referring to ontology can bioethics, which is a fully fledged form of moral philosophy, act as a guarantor of pluralism within the truth and oppose the authoritarian tendencies concealed under the liberal guise of ethical agnosticism.
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