Ninguno, por voluntad propia, estamos dispuestos a perder los archivos digitales que hemos creado con esfuerzo y cuyo valor resulta incalculable en la mayoría de los casos, ya sea desde una perspectiva emocional o bien desde la pura y llana necesidad laboral. Sin embargo, los errores y fallos existen, ya sea los producidos al enviar y borrar accidentalmente una carpeta de documentos, los que se pueden producir como resultado de cambiar desde nuestro antiguo Mac a uno más moderno o simplemente porque los discos duros (u otros soportes) que utilizamos como dispositivo de almacenamiento para los documentos dejan de funcionar sin más.
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