El acuerdo de Ginebra sobre el programa nuclear iraníes una opción política creíble, aunque frágil. El fracaso puede llegar por el Congreso de EE UU: si este aprueba nuevas sanciones, el experimento de Rohaní, de un gran potencial transformador, moriría de manera prematura.
A pesar de que se trate de un acuerdo parcial y provisional - hasta el punto de que formalmente ni siquiera se llama acuerdo, sino plan de acción - sería muy equivocado subestimar el significado de lo que Irán y los "5+1" consiguieron en Ginebra el 24 de noviembre de 2013. Los expertos se empeñan en analizar sus contenidos, y sobre todo el mecanismo gradual - Irán, por un lado, acepta limitaciones sobre su actividad nuclear y Estados Unidos y Europa, por otro, se comprometen a no aumentar las sanciones y en cierta medida a flexibilizarlas - que tendría que llevar, dentro del plazo de seis meses, a un verdadero y definitivo acuerdo.
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