Las sociedades cotizadas opinan que el Mercado Único ha tenido, en general, consecuencias positivas para las empresas. Resaltan que existe mayor circulación de capitales, de mercancías y servicios y, en menor grado, de mano de obra. El período transitorio de adaptación a la Unión Monetaria lo consideran largo y con poca influencia sobre la gestión de la empresa. Como consecuencia de la implantación del euro esperan mayor competencia, mayor crecimiento económico y tipos de interés más bajos. A nivel sectorial, destacan los bancos como más conscientes de las consecuencias del euro, con mayor preparación y recursos para afrontar su implantación.
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