Al volver nuestra mirada a los emprendedores buscando una respuesta a los muchos interrogantes que la crisis actual nos está planteando, no podemos olvidar nunca que en la “balanza” de la formación de estos emprendedores/as, debemos equilibrar la educación en competencias intelectuales – técnicas y en competencias ético – emocionales. Solamente podremos conseguir buenos profesionales si previamente hemos conseguido formar mejores personas. Desde una concepción humanista del emprendimiento la respuesta a la pregunta: ¿se puede emprender sin ética? , solamente admite una respuesta: NO. No podemos hablar de emprendimiento sin hablar de ética y no podemos hablar de ética sin hablar de educación.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados