Recién nombrada por el claustro, que no por el rector, como gusta puntualizar, cuenta su papel de recoger quejas de cualquier miembro de la comunidad universitaria, estudiantes, profesores o personal de administración y servicios. Encantada con el nombramiento, porque, culmina, dice, un trabajo suyo de años, defiende la política como "arte noble" y dedica su ocio a la música, el cine y los paseos por la naturaleza.
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