La influencia de Maquiavelo en la corte de Carlos V y Felipe II, y aun en la política de estos dos monarcas (como queda patente por sus mismos escritos) es patente y al mismo tiempo difusa. Lo cierto es que en España, a diferencia del resto del mundo cristiano, Maquiavelo circula libremente hasta el año 1583, cuando aparece su nombre entre los autores prohibidos del Índice de Quiroga. Desde aquel momento su nombre y sus obras serán condenadas. Tan condenadas como leídas, lo que se evidencia por el hecho de que las encontramos en todas las bibliotecas de políticos, intelectuales artistas y eclesiásticos de finales del XVI y de todo el XVII.
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