La Cuenca del Tajo en su borde meridional se encuentra delimitada por los Montes de Toledo, de donde proceden gran parte de los depósitos que integran el relleno de dicho sector. Estos materiales están constituidos principalmente por una sucesión monótona de conglomerados, areniscas arcósicas con cantos, lutitas y delgados niveles carbonatados, atribuidos clásicamente al Mioceno. A partir de la cartografía y del estudio estratigráfico detallado de los materiales aflorantes en el entorno de Toledo, así como de su correlación con las unidades definidas para el Neógeno del sector occidental de la cuenca, se ha podido establecer su estratigrafía. Los límites entre las diferentes secuencias establecidas quedan definidos por cambios en la evolución vertical de la granulometría de los depósitos siliciclásticos. La edad de todo el conjunto abarcaría esencialmente el Aragoniense (Mioceno inferior-medio) y probablemente parte del Vallesiense inferior (Mioceno superior).
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