Introducción. La moralidad es el conjunto de normas y valores que guían la conducta. Se mantienen en muy diferentes culturas. Permiten alcanzar logros sociales que sólo se entienden bajo el desarrollo moral, con un sentido de justicia que penetra toda acción humana. Las funciones morales, fruto del desarrollo evolutivo, asientan en circuitos neuronales propios. Objetivo. Describir su aparición, puesta en marcha y mecanismos operativos en el cerebro normal. Desarrollo. Las respuestas morales, en lo esencial homogéneas, están muy vinculadas al desarrollo emocional, tanto básico e individual (miedo o ira) como social (compasión o justicia). Aparecen a partir de los binomios emocionales placer/dolor y recompensa/castigo, que conducen al binomio moral básico bueno/malo. En su puesta en marcha intervienen la corteza prefrontal (ventromedial y dorsolateral), la corteza cingular anterior y el sulco temporal superior, que serían evaluativos y elaborativos, utilitaristas; también la ínsula, la amígdala y el hipotálamo, ejecutivos de las respuestas morales más emocionales puras y rápidas. Asimismo, es importante el sistema de neuronas espejo (frontoparietal), que permite el aprendizaje motor y las conductas empáticas, con las que se vincula con la teoría de la mente. Conclusiones. El desarrollo del sentido moral y sus respuestas nos han permitido alcanzar una complejidad y convivencia social que redundan en beneficio de la especie e individuos. El conocimiento del funcionamiento moral está influyendo también en territorios diversos de la neurocultura.
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