Eugenio Tutor Larrosa, notable clínico de pequeños animales, actividad en la que fue pionero, creador de obras de cine científico, esposo y padre, profesor de Biología, reputado taxidermista, aceptable pianista, notable fumador de habanos y reputado catador de espiritúosos escoceses, hombre grande y gran hombre, nos dejó en las navidades del año pasado para desconsuelo de quienes dejamos pendiente de tomarnos con él la última copa, de reírnos con su último chiste, de aprender con su última reflexión y de lIevarle a esconidas un último puro.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados