Con la derrota de los españoles en Boyacá, el 7 de agosto de 1819, cayó Santafé la capital del virreinato de Nueva Granada en manos de los patriotas colombianos, pero no así el Estado español. El virrey Sámano y la Real Audiencia huyeron a refugiarse en Cartagena de Indias en donde continuaron gobernando. El conflicto entre Sámano, partidario del absolutismo monárquico, y Gabriel de Torres, gobernador de Cartagena, de ideas liberales, pronto se manifestó. Al negarse el virrey a jurar la Constitución de Cádiz restablecida en España en 1820, el gobernador, con fundamento en dicha carta, lo depuso y asumió el poder político y militar. Sámano se embarcó hacia Cuba y Torres quedó como único y legítimo Jefe del Estado español en lo que quedaba de la Nueva Granada. Defendió valientemente esta postrera posesión de la monarquía hasta que, asediado por el ejército colombiano comandado por Mariano Montilla y la armada por José Padilla, no tuvo más remedio que rendirse y entregar la Plaza Fuerte a los colombianos el 10 de octubre de 1821.
Se embarcó con sus tropas hacia Cuba para nunca más volver.
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