En este artículo se analiza la novela Ingérmina o la hija de Calamar, de Juan José Nieto, en el contexto de la discusión sobre la novela histórica del siglo XIX como propuesta de construcción de una nación. Se pregunta por el papel de la relación entre Eros y Polis, característica del romance histórico, como búsqueda de la unión que signifique la consolidación de un proyecto nacional.
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