Se analiza en este trabajo el debate respecto de si es preciso acreditar la intención de dominación o machismo como elemento constitutivo de los delitos de violencia de género, o si la simple comisión del hecho integrante de uno de los tipos penales de violencia de género ya constituye delito con independencia de la acreditación de esa dominación que consta en el art. 1 de la Ley Orgánica 1/2004. Se estudia igualmente si la prueba de esa intención es carga de la acusación o de la defensa.
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