El veneciano Andrea Navagero visitó Castilla-La Mancha entre 1525 y 1526, para cumplir su misión como embajador ante Carlos V. Al contrario que otros embajadores, que no solían darle mucha importancia a la descripción de las ciudades, Navagero nos dejó interesantes descripciones. El autor se centra, sobre todo, en las ciudades más importantes, Toledo y Guadalajara. La primera de ellas era sede temporal de la Corte de Carlos V y vivía un momento de esplendor.
Guadalajara alojaba a la poderosa familia Mendoza, que de facto, eran los señores de la ciudad. Navagero se centra sobre todo en la descripción del urbanismo, de los edificios más emblemáticos y en algunos aspectos sociales. Gracias a su vasta cultura y a sus grandes dotes de observador, el embajador veneciano nos muestra un completo panorama de estas dos ciudades en uno de los momentos más importantes de su historia.
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