El objetivo del presente trabajo es el de dar una nueva interpretación a la necrópolis ibérica de La Solivella, y éste es la aproximación a una posible estructura social, partiendo del estudio y contenido material de sus ajuares funerarios.
La necrópolis de La Solivella, situada en la comarca del Baix Maestrat, es conocida arqueológicamente por los hallazgos de enterramientos ibéricos, y materiales pertenecientes a los llamados Campos de Urnas.
Dentro de este área podemos citar algunos yacimientos:
El Puig de la Misericordia, Vinaroz;
El Puig de la Nau, Benicarló;
El Tossalet y El Palau, Alcalá de Xivert (....) etc.
Ya en 1791, en presencia del Príncipe Pío, aparecen cuatro urnas cinerarias conservando cenizas, huesos humanos, puntas y regatones de lanza, localizadas en Corral del Royo, zona próxima a la necrópolis que nos ocupa. Del mismo lugar proceden dos inscripciones ibéricas.
En 1827, en la Partida del Mas se hallan siete tinajitas llenas de yerrecitos, anillos y cadenas , (FLETCHER, 1965:1) En la Partida del Tossalet (1864), se localizan 19 urnas y posteriormente otras dos, de iguales carac- terísticas a las anteriores.
1 Será en julio de 1961 cuando se inicia la prospección de la zona siendo ésta de carácter( que podríamos calificar) �urgente�. Se realiza a raíz de la roturación del área por un tractor, que arroja a la luz seis vasijas y seis tapaderas muy deterioradas. En su posterior excavación se exhuman 28 vasijas más, todas ellas aproxi- madamente a la misma profundidad. Sólo existe un nivel de enterramiento, no hallando en su perímetro sepultura alguna.
Las sepulturas están a unos 33 cm. de profundidad, a excepción de la nº 23 y 28 que se encuentran a unos 50 cm., todas muy cercanas unas de otras, llegándose a tocar en algunos casos. (FLETCHER, 1965:2) Las urnas se encontraron sujetas al suelo por cuñas de piedra. Algunas conservaban la tapadera, bien de plato, bien de orejetas, y en poco número, de losetas discoidales. Los ajuares funerarios aparecieron en el exterior de la urna, y dentro de algunas se hallaron fragmentos metálicos.
En superficie se recuperó gran cantidad de material metálico, compuesto por: brazaletes, colgantes, discos y disquitos, broches de cinturón, anillas, fíbulas, puntas de lanza, regatones, cuchillos afalcatados y un fragmento de empuñadura de falcata con arranque de hoja, dos sables y objetos de índole indeterminada.
También se recupera material cerámico: 26 urnas y 6 tapaderas, así como piedra y hueso ( tres tapaderas discoidales, fragmentos óseos trabajados y otros sin determinar) El hallazgo de esta necrópolis fue , en el momento de su descubrimiento, un hecho importante para las investigaciones en torno a las primeras fases de la Cultura Ibérica.
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